domingo, 28 de octubre de 2007

¿Bush, mambí?

¡Viva Cuba libre! era el grito de guerra con el que se identificaban en llanos y montañas, bosques y cañaverales, los que iniciaron el 10 de octubre de 1868 la primera guerra por la independencia de Cuba.

Nunca imaginé escucharlo 139 años después en boca de un presidente de Estados Unidos. Es como si un rey de entonces, o su regente, proclamase: ¡Viva Cuba Libre!

Por el contrario, un buque de guerra español se acercó a la costa y destruyó con sus cañones el pequeño central azucarero donde Carlos Manuel de Céspedes, a pocos kilómetros del mar, declaró la independencia de Cuba y puso en libertad a los esclavos que heredó.

Lincoln, hijo de un modesto productor de leña, luchó toda su vida contra la esclavitud, que estaba legalizada en su país casi cien años después de la Declaración de Independencia. Aferrado a la justa idea de que todos los ciudadanos nacían libres e iguales, haciendo uso de sus facultades legales y constitucionales, decretó la abolición de la esclavitud. Un incontable número de combatientes dieron su vida defendiendo esa idea frente a los Estados esclavistas sublevados en el sur del país.

Se le atribuye a Lincoln haber declarado: "Se puede engañar a parte del pueblo todo el tiempo, o a todo el pueblo parte del tiempo. Pero no se puede engañar a todo el pueblo todo el tiempo."

Murió de un disparo magnicida cuando, imbatible electoralmente, aspiraba a un segundo mandato presidencial.

No olvido que mañana domingo se cumplen 48 años de la desaparición de Camilo Cienfuegos en el mar, el 28 de octubre de 1959, cuando regresaba a la Capital en una avioneta desde la provincia de Camagüey, donde días antes su sola presencia desarmó una guarnición de combatientes humildes del Ejército Rebelde, cuyos jefes, de ideología burguesa, pretendían hacer lo que casi medio siglo después demanda Bush: alzarse en armas contra la Revolución.

El Che, en una bella introducción a su libro La guerra de guerrillas, afirma: "Camilo fue el compañero de 100 batallas... el luchador abnegado que hizo siempre del sacrificio un instrumento para templar su carácter y forjar el de la tropa... él le dio a la armazón de letras aquí expuesta la vitalidad esencial de su temperamento, de su inteligencia y de su audacia, que solo se logran en tan exacta medida en ciertos personajes de la Historia."

"¿Quién lo mató?

"Podríamos mejor preguntarnos: ¿quién liquidó su ser físico? porque la vida de los hombres como él tiene su más allá en el pueblo... Lo mató el enemigo, lo mató porque quería su muerte, lo mató porque no hay aviones seguros, porque los pilotos no pueden adquirir toda la experiencia necesaria, porque, sobrecargado de trabajo, quería estar en pocas horas en La Habana... en su mentalidad de guerrillero no podía una nube detener o torcer una línea trazada... Camilo y los otros Camilos (los que no llegaron y los que vendrán) son el índice de las fuerzas del pueblo, son la expresión más alta de lo que puede llegar a dar una nación, en pie de guerra para la defensa de sus ideales más puros y con la fe puesta en la consecución de sus metas más nobles."

Por lo que simbolizan sus nombres, al falso mambí le respondemos:

¡Viva Lincoln!

¡Viva el Che!

¡Viva Camilo!

Fidel Castro Ruz

27 de octubre del 2007

7:36 p.m.

sábado, 20 de octubre de 2007

Bush, el hambre y la muerte

Por primera vez, antes de que como cada año se discuta en la ONU el proyecto de resolución cubano de condena al bloqueo, el Presidente de Estados Unidos anuncia que adoptará nuevas medidas para acelerar el "periodo de transición" en nuestro país, que equivale a la reconquista de Cuba por la fuerza.

Por otro lado, el peligro de una hambruna mundial en masa se agrava con la iniciativa reciente del señor Bush de convertir los alimentos en combustible mientras, invocando principios estratégicos de seguridad, amenaza a la humanidad con una Tercera Guerra Mundial, que esta vez sería con armas atómicas.

Tales temas de importancia vital son los que interesan a los representantes de los países que estarán reunidos el martes 30 de octubre para discutir el proyecto cubano de condena al bloqueo.

En unas elecciones donde el ejercicio del voto no es obligatorio, nuestro pueblo acaba de pronunciar su veredicto mediante la participación de más del 95 por ciento de los electores en 37 749 puntos de votación, en urnas custodiadas por colegiales. Ese es el ejemplo que Cuba ofrece.

Fidel Castro Ruz

Octubre 22 del 2007

5 y 48 p.m.